La Coordinadora de asociaciones peatonales Andando, a la que pertenecemos junto a otras entidades peatonales, califica los datos del balance de accidentalidad de la DGT de 2020 de muy preocupantes. A pesar de la pandemia y de la reducción del tráfico, las cifras de víctimas de la violencia vial siguen siendo muy elevadas y ponen de manifiesto que queda mucho trabajo por hacer para garantizar la seguridad de los peatones y ciclistas, que son justamente a los que más hay que estimular para mejorar la movilidad en las ciudades.
Las conclusiones de la DGT no ponen el foco en las condiciones privilegiadas que disfrutan los causantes de estos siniestros: conductores y motoristas, que disfrutan del 75% del espacio público a pesar de ser los que más peligro generan.
No basta con hacer campañas para concienciar, controlar y sancionar. Es imprescindible repensar los espacios que se ha otorgado al tráfico motorizado que permiten que estas agresiones y homicidios sigan ocurriendo.
Un dato muy preocupante y que no se menciona explícitamente en el balance de la DGT es que 1 de cada 3 (el 38.8%) de fallecidos en vías urbanas son peatones.
Esto nos parece intolerable teniendo en cuenta la gran cantidad de muertes que se podrían evitar y que dependen tan solo de voluntad política. Se trata de tomar medidas que protejan a las personas que van a pie reduciendo la sensación de peligro.
Para ello es imprescindible que la DGT trabaje codo con codo con el MITMA y los ayuntamientos de todas las comunidades, con el objetivo de alcanzar los 0 muertos por atropello, que se han conseguido en ciudades como Pontevedra.
También reclamamos el derecho de los peatones a desplazarse entre poblaciones cercanas sin exponer su integridad física.
Desde la Coordinadora peatonal Andando y desde cada una de las asociaciones que la componen, no dejaremos de reivindicar el derecho a la salud y a la accesibilidad universal.